“Estoy subestimando las posibilidades
de empezar a cantar con voz distinta ahora
de empezar a cantar con voz distinta ahora
soy un químico impaciente vierto frases extrañas”
Poemas Circunstanciales. L. F .F
La escritora contemporánea crea universos que corresponden a sus propios valores, sin negar su fisiología y desde su figura de mujer. El resultado es un nuevo canon en la literatura: una imagen de la realidad cautivada con ojos de mujer y plasmada con su propio discurso.
Representación que no había estado totalmente ausente de la literatura anterior pero que ahora se conforma en una variedad de textos publicados, los que han llegado a formar un corpus con su conveniente contexto, su apropiada voz y su propia visión, la cual debe ser juzgada por sus adecuados méritos.
Venezuela es un país de poetas prominentes, pero nadie ha portado su identidad creadora con más gentileza y talento que los hombres y mujeres nacidos en los Estados de frontera. Generaciones ubicadas entre los años 50 y 80 bastaron para que este país fuera reconocido como conveniente cultor de la palabra poética.
La poeta Lydda Franco Farías, mujer venezolana nacida en la Sierra de San Luis (Estado Falcón) en el año 1943, se radicó en Maracaibo y fallece en el año 2004, fue una poeta combativa en el mejor sentido de la palabra, ganadora de premios regionales y nacionales en poesía. Entre su obra poética se encuentra: Poemas circunstanciales, Summarius Prosa poética, Recordar a los dormidos, Descalabros en obertura mientras ejercito mi cuartada, Bolero a media luz y Antología poética.
La poesía de Lydda Franco Farías, nos muestra su intimidad, su interioridad reflexiva, existencial, dejando ver su preocupación por lo social:
La escritora contemporánea crea universos que corresponden a sus propios valores, sin negar su fisiología y desde su figura de mujer. El resultado es un nuevo canon en la literatura: una imagen de la realidad cautivada con ojos de mujer y plasmada con su propio discurso.
Representación que no había estado totalmente ausente de la literatura anterior pero que ahora se conforma en una variedad de textos publicados, los que han llegado a formar un corpus con su conveniente contexto, su apropiada voz y su propia visión, la cual debe ser juzgada por sus adecuados méritos.
Venezuela es un país de poetas prominentes, pero nadie ha portado su identidad creadora con más gentileza y talento que los hombres y mujeres nacidos en los Estados de frontera. Generaciones ubicadas entre los años 50 y 80 bastaron para que este país fuera reconocido como conveniente cultor de la palabra poética.
La poeta Lydda Franco Farías, mujer venezolana nacida en la Sierra de San Luis (Estado Falcón) en el año 1943, se radicó en Maracaibo y fallece en el año 2004, fue una poeta combativa en el mejor sentido de la palabra, ganadora de premios regionales y nacionales en poesía. Entre su obra poética se encuentra: Poemas circunstanciales, Summarius Prosa poética, Recordar a los dormidos, Descalabros en obertura mientras ejercito mi cuartada, Bolero a media luz y Antología poética.
La poesía de Lydda Franco Farías, nos muestra su intimidad, su interioridad reflexiva, existencial, dejando ver su preocupación por lo social:
“que hacer si no hay espacio para el grito postergado
Si la violencia está incubada en las axila
Si el amor se está licuando en la saliva...”. (Poemas circunstanciales, 1965)
La voz de Lydda emerge del ocultamiento, las interrogantes que muestra en su poema afloran un momento coyuntural de los años 60 en Venezuela, la poeta combinó la política con la poesía, es una manera de sobrevivirse, de liberarse de las estructuras rígidas de la sociedad y de su propio inconsciente. Los insurrectos son los que aleccionan una revolución confinada dentro de un régimen o estructura de poder establecido. Adeptos de una ideología específica pueden funcionar como revoltosos dentro de su propio partido político para efectuar cambio ideológico dentro del partido. En poemas circunstanciales deja ver su postura como mujer luchadora, incansable:
“No nací para ocupar un espacio y nada más
La voz de Lydda emerge del ocultamiento, las interrogantes que muestra en su poema afloran un momento coyuntural de los años 60 en Venezuela, la poeta combinó la política con la poesía, es una manera de sobrevivirse, de liberarse de las estructuras rígidas de la sociedad y de su propio inconsciente. Los insurrectos son los que aleccionan una revolución confinada dentro de un régimen o estructura de poder establecido. Adeptos de una ideología específica pueden funcionar como revoltosos dentro de su propio partido político para efectuar cambio ideológico dentro del partido. En poemas circunstanciales deja ver su postura como mujer luchadora, incansable:
“No nací para ocupar un espacio y nada más
Ignoro cual será mi participación
me tocó ser mujer y no me quejo,
me tocó caer en la humedad del tiempo,
en la inhóspita sequedad de los caminos
pero aquí me quedo
entre escombros y desperdicios,”
Lo insubordinado se cuela en su poesía se convierte en tácticas escriturales para expresar su inconformidad, utilizando en su revuelta estética la ironía: “digan que no encuentro los pies/ que el reloj se detuvo/ que fui tras el rastro”, acá revela su valentía de mujer comprometida con su mundo, su ideología y responsabilidad social.
La poesía social vislumbra que el poeta no ofrece soluciones, sino que denuncia con su himno la tonalidad de injusticias que atañen al Mortal; parte de un realismo, en el sentido de observar y sentir al mundo en un contexto histórico determinado, pero no se une a las problemáticas sociales a través de la piedad o caridad, virtudes cristianas que pueden ser individualistas; ya que —establecen los teóricos de la poesía social—, ésta es ante todo, colectiva.
Lo insubordinado se cuela en su poesía se convierte en tácticas escriturales para expresar su inconformidad, utilizando en su revuelta estética la ironía: “digan que no encuentro los pies/ que el reloj se detuvo/ que fui tras el rastro”, acá revela su valentía de mujer comprometida con su mundo, su ideología y responsabilidad social.
La poesía social vislumbra que el poeta no ofrece soluciones, sino que denuncia con su himno la tonalidad de injusticias que atañen al Mortal; parte de un realismo, en el sentido de observar y sentir al mundo en un contexto histórico determinado, pero no se une a las problemáticas sociales a través de la piedad o caridad, virtudes cristianas que pueden ser individualistas; ya que —establecen los teóricos de la poesía social—, ésta es ante todo, colectiva.
PALABRA Y COMPROMISO
Para Szymborska, (1997) la poesía es una huída y una entrega al mundo; la pérdida y la salvación; la desesperación y la esperanza. Para Lydda la palabra estaba comprometida con el mundo con la sociedad que le tocó vivir. …
En palabras de Octavio Paz (1965) “una sociedad sin poesía carecería de lenguaje: todos dirían la misma cosa o ninguno hablaría, sociedad trashumana en la que todos serían uno o cada uno sería un todo autosuficiente. Una poesía sin sociedad sería un poema sin autor, sin lector y, en rigor, sin palabras”.
En el caso de la mujer poeta, inmersa en el contexto que le ha tocado coexistir, no sólo padece la realidad social, sino que la compadece, está movida por el dolor ajeno, y es en ese compadecerse de las injusticias del mundo, que toma conciencia de sí misma, pues no le es ajena su situación de marginación histórica.
En la escritura de Lydda Franco no hay dispersiones verbales ni proyecciones mágicas, ni hedonismo lírico. Se trata de una honda y dolorosa intimidad expresada a la fuerza, por necesidad de comunicación, para no estallar; de humanísima, cansada y terrenal dimensión; de escritura parca y directa como su propósito de hablar desde una última instancia:
“destruyan mi epidermis resentida, despedacen mis sueños,
mi alegría,
aniquílenme…
porque un día aparecí sobre la tierra
y tuve voz y grité
y tuve fronteras y no quise despertar sin ellas
y tuve armas y allí están
perfiladas, inmóviles, ariscas (Poemas circunstanciales, 1965)
Desde esa posibilidad de morir y renacer constantemente y sin sentido preciso de la vida, entre los objetos de uso cotidiano, la soledad, escritura de una insondable emoción interior, una irrefutable naturalidad.
PROTESTA Y LÍMITE
Mandrillo (2004) “señala que si existiese la categoría, bien podría afirmarse que la poesía de Lydda Franco es una poesía de protesta. Pero una protesta llevada al límite de su madurez estética”. Con esta postura se puede inferir que la poeta utilizó la poesía como una estética de vida, con su palabra hace un llamado de conciencia:
“esta gente tiene la piel de las victorias pasadas no asimila
esta gente feliz sueña con héroes de la independencia en
esta ciudad nadie mata” (Las armas blancas, 1965)
En este orden de ideas Carrillo (2005) advierte que Las neovanguardias venezolanas en la década del sesenta manifestaron un marcado carácter subversivo. Algunos poetas asumieron una postura extrema; se centraron en la temática socio-política y acudieron a procedimientos textuales que enfatizaban la intención transgresora.
Por otro lado Paz (1986) acuñaba que la “la poesía contemporánea se mueve entre dos polos: por una parte, es una profunda afirmación de los valores mágicos; por la otra una vocación revolucionaria.”. Más adelante señala que la “Revolución apenas si tiene ideas. Es un estallido de la realidad: una revuelta y una comunión, un trasegar de viejas sustancias dormidas, un salir al aire muchas ferocidades, muchas ternuras y muchas finuras ocultas por el miedo a ser.
Con esta configuración se puede señalar que Lydda Franco, filtraba lo subversivo en su poesía, utilizando como recurso la ironía para mostrar su rebeldía e inconformidad:
“Dentro de un cuarto de hora de este agujero saldrá la primera hormiga
el gusano de seda una mariposa gigante sobrevolará el país y lo regará
de polen una mariposa radiactiva a la que todos tratarán de
cazar para salvarse”. (Summarius, 1985)
“esta gente tiene la piel de las victorias pasadas no asimila
esta gente feliz sueña con héroes de la independencia en
esta ciudad nadie mata” (Las armas blancas, 1965)
En este orden de ideas Carrillo (2005) advierte que Las neovanguardias venezolanas en la década del sesenta manifestaron un marcado carácter subversivo. Algunos poetas asumieron una postura extrema; se centraron en la temática socio-política y acudieron a procedimientos textuales que enfatizaban la intención transgresora.
Por otro lado Paz (1986) acuñaba que la “la poesía contemporánea se mueve entre dos polos: por una parte, es una profunda afirmación de los valores mágicos; por la otra una vocación revolucionaria.”. Más adelante señala que la “Revolución apenas si tiene ideas. Es un estallido de la realidad: una revuelta y una comunión, un trasegar de viejas sustancias dormidas, un salir al aire muchas ferocidades, muchas ternuras y muchas finuras ocultas por el miedo a ser.
Con esta configuración se puede señalar que Lydda Franco, filtraba lo subversivo en su poesía, utilizando como recurso la ironía para mostrar su rebeldía e inconformidad:
“Dentro de un cuarto de hora de este agujero saldrá la primera hormiga
el gusano de seda una mariposa gigante sobrevolará el país y lo regará
de polen una mariposa radiactiva a la que todos tratarán de
cazar para salvarse”. (Summarius, 1985)
"LO QUE BUSCAMO GOLPEA"...
Según Gackstetter (2003). En definitiva, desde Calcaño hasta hoy, las poetas venezolanas de la segunda mitad del siglo veinte no viven vidas de desesperación quieta, sino que empiezan a gritar a la sociedad que las reprime. Como insurgentes, usan uno de los mismos discursos del poder social; la poesía, para ampliar sus voces.
Lydda Franco Farías, es voz y presencia femenina en la revuelta estética, lleva al lector a hurgar en su espacio interior que en palabras de Bachelard (1986)” está en el espacio de su dicha. El inconsciente normal sabe estar a gusto en todas partes”.
El poeta según Zambrano (1996) “soporta únicamente este vivir errabundo y como sin asidero. Soporta el vivir instante a instante, pendiente de otro a quien ni siquiera conoce. Entrevee algo en la niebla y a eso que entrevee es fiel hasta la muerte”.
El uso de la poesía para efectuar una beligerancia guerrillera contra la tradicional postura de la mujer como madre, contra el pudor y el recato tradicional atenta contra el prototipo de la madre abnegada tan presente en la literatura y la sociedad. Lydda franco Farias la vida le golpea, la lucha social la fortalece dejando claro su postura de mujer aguerrida cuando sostiene:
“la excepción es conmovida imaginería
finísima y en orden
la excepción corta el hilo o prolonga el tejido
la excepción usa sus propias ofuscaciones
lo que buscamos golpea.” ( Estantes .Pág. 95)
La mujer poeta se revela y sigue una tradición mundial de insurrección femenina contra las normas establecidas. Julia Kristeva (1997) opina que la participación de las mujeres en los movimientos guerrillas/terroristas es un producto de la tendencia de la mujer a levantarse contra los sistemas de poder que la reprimen, y a adoptar la misma violencia que había sufrido en su proyecto de atacar las reglas o normas establecidas. Kristeva advierte que este proceso es la única manera en que una mujer puede defenderse, físicamente e intelectualmente. Más adelante nos comunica que, cuando un sujeto es excluido brutalmente del estrato socio / simbólico, cuando, por ejemplo, una mujer siente que su vida afectiva como mujer o su condición como ser social es brutalmente ignorada por el discurso o poder actual... ella puede, por invertir la violencia que ha sufrido, convertirse en agente “poseído” de esa violencia para combatir lo que experimentó como frustración, con armas que parecen desproporcionadas, pero que no lo son en comparación al sufrimiento subjetivo desde el cual proceden.
La palabra poética se reconcilia en un alegato concluyente de la Historia, esa otra tradición de las mujeres, donde dialogan costumbre y ruptura, rebeldía y libertad conquistada, a través del cantinela de la agudeza revoltosa.
La poeta Lydda Franco Farías cruza montañas, intensifica la palabra como asidero del tiempo para dejar huellas de su rebeldía inconclusa y en su búsqueda muestra el dolor de la injusticia a la que fue objeto:
“Mi primer hecho de sangre
Aconteció a la edad de 13 años
el odio sus abanicos
puso en acción su maquinaria
cancerberos me vigilaron los sueños
se dieron a la tarea infame de tapiar
las primicias de mi cuerpo (cuerpo del delito
prueba contundente del pecado a expiar…” (Descalabros en obertura…pág.82)
La imagen poética, por su proscribo creador, hace que la poesía surja como una quimera de libertad, el poema, por sus conexiones envuelve contextos y por las configuraciones que fecunda, se compone en un alegato de igualdad, no solo íntimo sino, cultural. Las miradas que los poemas crean se corresponden, pues, valiosamente, con la comprensión intima. A manera de reflexión me apropio de las palabras de la poeta: tejer en el vacío es desprenderse de uno mismo / caer en el vacío es recuperar el revés lo que encandila
la excepción corta el hilo o prolonga el tejido
la excepción usa sus propias ofuscaciones
lo que buscamos golpea.” ( Estantes .Pág. 95)
La mujer poeta se revela y sigue una tradición mundial de insurrección femenina contra las normas establecidas. Julia Kristeva (1997) opina que la participación de las mujeres en los movimientos guerrillas/terroristas es un producto de la tendencia de la mujer a levantarse contra los sistemas de poder que la reprimen, y a adoptar la misma violencia que había sufrido en su proyecto de atacar las reglas o normas establecidas. Kristeva advierte que este proceso es la única manera en que una mujer puede defenderse, físicamente e intelectualmente. Más adelante nos comunica que, cuando un sujeto es excluido brutalmente del estrato socio / simbólico, cuando, por ejemplo, una mujer siente que su vida afectiva como mujer o su condición como ser social es brutalmente ignorada por el discurso o poder actual... ella puede, por invertir la violencia que ha sufrido, convertirse en agente “poseído” de esa violencia para combatir lo que experimentó como frustración, con armas que parecen desproporcionadas, pero que no lo son en comparación al sufrimiento subjetivo desde el cual proceden.
La palabra poética se reconcilia en un alegato concluyente de la Historia, esa otra tradición de las mujeres, donde dialogan costumbre y ruptura, rebeldía y libertad conquistada, a través del cantinela de la agudeza revoltosa.
La poeta Lydda Franco Farías cruza montañas, intensifica la palabra como asidero del tiempo para dejar huellas de su rebeldía inconclusa y en su búsqueda muestra el dolor de la injusticia a la que fue objeto:
“Mi primer hecho de sangre
Aconteció a la edad de 13 años
el odio sus abanicos
puso en acción su maquinaria
cancerberos me vigilaron los sueños
se dieron a la tarea infame de tapiar
las primicias de mi cuerpo (cuerpo del delito
prueba contundente del pecado a expiar…” (Descalabros en obertura…pág.82)
La imagen poética, por su proscribo creador, hace que la poesía surja como una quimera de libertad, el poema, por sus conexiones envuelve contextos y por las configuraciones que fecunda, se compone en un alegato de igualdad, no solo íntimo sino, cultural. Las miradas que los poemas crean se corresponden, pues, valiosamente, con la comprensión intima. A manera de reflexión me apropio de las palabras de la poeta: tejer en el vacío es desprenderse de uno mismo / caer en el vacío es recuperar el revés lo que encandila
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS
Bachelard, Gastón (1986) La poética del espacio. Fondo de cultura económica .d.f.México
Carrillo, Carmen (2005) Entre la magia y la revolución: la vanguardia venezolana en busca de nuevos derroteros. Alpha, no.21, p.203-217. ISSN 0718-2201.
Franco, Lydda (2004) Antología Poética . Monte Ávila editores latinoamericana. Caracas
Kristeva, Julia. (1997). “Women’s Time” en Warhol, Robyn R. and Diane Price Herndl
Mandrillo, Cósimo (2004) Antología Poética. Lida Franco Farías. Prólogo. Monte Ávila editores latinoamericana. Caracas
Paz, Octavio. 1965 (2º). Las peras del olmo. México: Universidad Nacional Autónoma de México.
-------------------1983 [1950]. El laberinto de la soledad. México: Fondo de Cultura Económica.
-------------------- (1986) .El arco y la lira. México: Fondo de Cultura Económica
Szymborska, Wislawa (1997), El gran número. Fin y principio y otros poemas. Ed. Maria -- Filipowiks y Juan Carlos Vidal. Estudio introductorio de Malgorzata Baranowska. Hiperión,
Elizabeth Gackstetter (2003). La insurrección poética: una revolución contra el arquetipo materno en la poesía contemporánea. Argos, 38, Julio 2003. pp. 99-112 6
Zambrano, María (1996) Filosofía y poesía. Fondo de cultura Económica. México
5 comentarios:
hola, un saludo fraterno, te invito a visitar el blog en honor a LYDDA FRANCO, http://lyddafranco.blogspot.com/
los comentarios y opiniones son bienvenidos
Gracias por la invitación
Hola Josefina Calles, después de tanto tiempo vuelvo a saber de ti, te acuerdas?, nos conocimos en Cusco, en el evento de ASOLAPO, mil amores para ti
Gloria Davila
e-mail gloriaschreiber@hotmail.com
Mi bella poeta siempre en los albores de las deidades.... felicidades por tu página.
A Lida Franco la conocí a través de su poesía que me obsequio la artista Raiza Corredor. Desde entonces mi compañera y yo amamos sus versos. Quisiimos traerla a Colombia, cuando sobrevino su tragedia. En su lugar vino el ensallista Johan Gotera, quién nos dio a conocer su obra completa. Aún la amamos, es grato encontrar un lugar dedicado a su memoria. Nuestro mas hondo respeto, Leonardo Aldana y Kattia Wong
Publicar un comentario